Los niños, conforme van
creciendo, se convierten en exploradores del mundo y están ansiosos por
tocar, oler, morder,
probar, etc. Van en busca de nuevos conocimientos y sensaciones. Por este
motivo, es importante para los niños, con y sin discapacidad, la exploración
del entorno, ya que muchas veces se ve obligada a frenar debido al cuidado
excesivo del niño de parte de sus padres por miedo a un posible daño o por las
condiciones físicas consecuentes de una discapacidad.
Una buena forma de
estimular a un niño que cuente con una discapacidad, ya sea esta física o
intelectual, es a través de los juegos y actividades lúdicas. Un simple juego
puede representar una cadena de acciones a favor del crecimiento de las
capacidades físicas e intelectuales.
La estimulación debe ser
flexible o amoldable a las necesidades de cada niño, dependiendo de varios
factores como por ejemplo el estado de ánimo o motivación del niño. El método
mas eficaz para conseguir beneficios en la estimulación en niños con
discapacidad es el juego, ya que además de ser flexible, se adapta a las
necesidades de cada discapacidad.
Si vamos más allá de la finalidad lúdica de los
juegos, encontramos que un juego básico como por ejemplo el juego de memoria,
en el que los niños han de encontrar dos imágenes iguales, puede conllevar una
estimulación multifuncional:
- A nivel cognitivo: ejercitando la memoria, ampliando el vocabulario y el
reconocimiento de elementos, animales, personas, sentimientos, etc…
- A nivel físico: ampliando o disminuyendo el tamaño de las fichas o láminas
según la discapacidad y la estimulación sensoriomotora que se persiga.
- A nivel de interacción ya que
potencia la colaboración en grupo, la empatía y la comunicación.
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